Históricamente, el turismo ha sido un rubro absolutamente olvidado en el Paraguay. Por décadas, el país registró el menor número de ingreso de turistas de toda la región. Además, su aislamiento geográfico era uno de los más pronunciados de todo el continente y la inversión en el sector era absolutamente deficitaria. La pobre conectividad aérea, la dificultad en los accesos terrestres, el ínfimo número de puentes fronterizos, el hecho de no contar con un ícono de atracción turística como son Machu Picchu, las Cataratas o glaciares, sumado a la inexistencia de políticas de promoción turística en el exterior, la ausencia de infraestructura adecuada y la falta de políticas públicas, fueron solo algunas de las razones que explicaron su escaso crecimiento y impacto prácticamente inexistente. Decir que Paraguay casi no existía en las guías turísticas internacionales no es una exageración.
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